De acuerdo al Diario Libre, los cambios estacionales traen consigo un aumento de la presencia de alérgenos, siendo los más comunes el moho, polen y ácaros, causando irritación y molestias en pacientes, especialmente para aquellos que viven en lugares donde el clima es variable, alternando momentos de intensas lluvias con sol y calor.
Por su parte, la doctora del Instituto de Alergia, Asma y Especialidades Dr. Juan A. Giráldez, la dra. Claudia Alberti, enfatizó, que síntomas como congestión nasal, rinorrea, prurito, estornudos y conjuntivitis, se manifiestan con mayor persistencia con la llegada de la primavera.
“En primavera se exacerban los síntomas por alergia porque hay una mayor polinización. Las alergias, son una reacción aumentada o exagerada frente a un alérgeno, en este caso, aeroalérgeno, porque está en el aire y entra al organismo a través de la respiración”, comentó la especialista.
Asimismo, la galena recomendó identificar el tipo de polen que causa la alergia, debido a que podría provenir de árboles (como el pino o el cedro), grama o malezas.
Alberti especificó, que en el caso específico de la República Dominicana, al ser una isla donde no están tan marcadas las estaciones, siguen siendo más frecuentes las alergias a los ácaros del polvo y humedad que al mismo polen. El polvo del Sahara, por su parte, también es un irritante que afecta a la población en general.
Por otro lado, en pacientes asmáticos puede empeorar el cuadro, donde se presenten mayores crisis manifestadas por broncoespasmos, dificultad respiratoria y conjuntivitis alérgica, una irritación de la conjuntiva que conlleva lagrimeo, ardor y picor en los ojos.
“Muchas veces, los pacientes alérgicos inician con las manifestaciones desde pequeños. En otras ocasiones, las desarrollan en etapa adulta al exponerse a algún detonante y de ahí continúan siendo sensible a ese elemento alérgeno en particular”, detalló la alergóloga.
Para determinar el agente que causa la alergia, el paciente se debe someter a una prueba cutánea. Alberti, por su parte, reconoció que podrían resultar costosas, debido a los insumos importados utilizados, pero una vez que el paciente conoce la causa de sus afecciones, puede someterse al tratamiento adecuado, pasando a ser un “paciente sensibilizado”.
“Hay que evaluarse. Cuando uno identifica y trata estas alergias, mejora mucho la calidad de vida de los pacientes”, resaltó.
En caso de una alergia que no se trata, advirtió, que puede provocar que “aumenten y varíen donde se manifiestan”, provocando de este modo una “marcha atópica, que inicia con signos de rinitis y puede llegar a presentar broncoespasmos o alergias en la piel, o pasar de estornudos a apretarse el pecho”.
En cuanto al tratamiento y las recomendaciones, la especialista indicó que dependerá de los síntomas que presente cada paciente, requiriendo algunos tratamientos preventivos y otras medidas de control mientras presentan síntomas.
“generalmente, se recomienda el lavado frecuente de manos y cara, uso de mascarilla, mantener las ventanas cerradas durante el día y limpiar con pañitos húmedos para que no se levanté el polvo dentro del hogar. También el uso de antihistamínicos de segunda generación, los cuales no dan sueño, indicados siempre por el especialista”. Igualmente, instó a la prudencia en lugares abiertos donde hay mayor exposición al aire libre, tales como los parques y evitar el secado de la ropa al sol para que el polen no se adhiera al tejido.