República Dominicana. – De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay más de 2.200 millones de personas con algún deterioro en su visión y entre las principales causas se encuentran: la degeneración macular relacionada con la edad, cataratas, retinopatía diabética, glaucoma, entre otras.
La visión es uno de los sentidos que más cambia con la edad y conforme va envejeciendo la persona, aumentan las posibilidades de padecer enfermedades oftalmológicas que, en caso de no ser diagnosticadas y tratadas a tiempo, pueden tener un efecto devastador al limitar su interacción social y profesional, su independencia y su estabilidad emocional.
En el caso de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), se estima que unos ocho millones de personas padecen un deterioro moderado o grave de la visión e incluso hasta ceguera a causa de esta enfermedad.
Según la gerente médica de oftalmología de Roche Caribe, Centroamérica y Venezuela, doctora Yadira Camacho, existen dos tipos de DMAE que es importante que las personas sepan reconocer para asistir al médico especialista en oftalmología de manera oportuna.
DMAE Seca: La más común entre las pacientes. Quienes la padecen, experimentan visión borrosa y alteración en los colores, que ya no ven tan brillantes. Necesitan más luz para ver y sucede porque las células del ojo se degeneran con la edad. Sus efectos son muy peligrosos para tareas como conducir, pues el paciente podría no percibir bien las luces en carretera o ver las líneas rectas como si fueran curvas.
DMAE Húmeda: aparece debido a un crecimiento de vasos sanguíneos en la retina; eventualmente, estos llegan a gotear sangre y líquido. Como consecuencia, el ojo se llena de líquido y limitando la entrada de luz. Esta variedad de DMAE es menos común, pero es la más grave porque daña el ojo con más agresividad.
Cabe destacar que la DMAE progresa en tres etapas: primera, una afectación sin síntomas; segunda, la persona empieza a ver un punto borroso y tiene dificultades para percibir los objetos; tercera, hay una pérdida importante de la visión central y dificultad hasta para reconocer rostros.
Otra de las enfermedades que afecta la retina es el Edema Macular Diabético (EMD), causado por la diabetes mellitus (DM) y que ocurre cuando los vasos sanguíneos dañados se filtran y causan hinchazón en la mácula, llevando al paciente a perder la visión progresivamente. El riesgo de esta enfermedad aumenta al tener diabetes por mucho tiempo, el control deficiente del nivel de glucosa en la sangre, la presión arterial alta, el colesterol alto, el embarazo o el consumo de tabaco. El EMD afectará a 1 de cada 15 personas con diabetes.
Asimismo, la falta de hábitos saludables, el tabaquismo (aumenta por cinco las posibilidades de padecer DMAE), dieta poco saludable, rayos ultravioletas o falta de ejercicio físico, así como ciertas patologías asociadas como hipertensión arterial, diabetes, triglicéridos elevados o colesterol alto y la predisposición genética, son los principales factores de riesgo de estas enfermedades.
Reto sanitario:
A nivel mundial, la Degeneración Macular relacionada con la Edad es la principal causa de ceguera en la población adulta mayor. Sin embargo, el Edema Macular Diabético puede estar presente en cualquier etapa de la retinopatía diabética y es la principal causa de pérdida de la visión en los pacientes diabéticos. Debido al aumento en la esperanza de vida y de la prevalencia de la diabetes, se estima que las enfermedades de la retina contribuyan aún más a la carga global de enfermedades de los ojos. República Dominicana no escapa de esta realidad.
En un mediano plazo, el efecto puede ser discapacitante para el paciente e impactar directamente en su núcleo familiar al requerir de algún cuidador; afectando el sistema de salud al tener dos personas menos cotizando, así como al desarrollo y dinamización de la economía del país.
En cuanto a las cifras de la Organización Panamericana de la Salud, indican que alrededor de una tercera parte de las personas que viven en los países de las Américas (29.3%) aseguran que no buscan atención en salud cuando lo requieren, debido a los múltiples obstáculos de acceso.
El 17.2% atribuyó su decisión a barreras organizativas: como horas de atención inadecuadas; el 15.1% por trabas financieras; el 8.4% de los casos por disponibilidad inadecuada de recursos, como falta de personal, medicamentos e insumos; 5.4% por barreras geográficas; y un 8% atribuyó su decisión a impedimentos de aceptabilidad.
En Centroamérica y el Caribe la detección temprana continúa como el principal desafío y con ello, brindar mayor oportunidad de cura a los pacientes. De igual forma, la atención temprana tiene un efecto positivo sobre el impacto social, económico y emocional de los pacientes y sus familias, así como de la inversión asociada al manejo de las enfermedades en el sistema de salud y en los esfuerzos para alcanzar un modelo de atención.
La doctora Camacho diserta que “hoy, los tratamientos para las enfermedades de la retina como la Degeneración Macular asociada a la Edad de tipo húmeda o el Edema Macular Diabético han evolucionado en su mecanismo de acción, reduciendo así la carga asociada a estas condiciones.
No obstante, los sistemas de salud de nuestra región enfrentan desafíos en cuanto priorización, cobertura, diagnósticos, acceso a innovación e infraestructura, entre otros, lo cual hace especialmente importante un trabajo articulado que permita la mejor atención posible para la visión de los pacientes”.