La vitamina D es en realidad un sistema hormonal (sistema endocrino de la vitamina D, SEVD) y es principalmente conocida por su implicación en la correcta absorción de calcio a nivel intestinal. Sin embargo, el SEVD también parece ser capaz de regular la expresión de más del 3% de todos los genes del organismo que tienen que ver con, entre otros, la secreción y la sensibilidad a la insulina, el control de la presión arterial, el control del proceso inflamatorio, el control de la replicación celular o de la apoptosis (muerte celular). Directa o indirectamente, también parece ser capaz de disminuir la proliferación celular de células normales y células cancerosas e inducir su diferenciación.
“Debemos concebir la hormona D como un factor de transcripción, que lo que hace es activar la expresión de ciertos genes e inhibir la de otros, algunos de ellos muy implicados en la génesis de muchos cánceres”, determina el Dr. Jódar.
Ciertamente, el metabolito activo del SEVD, llamado calcitriol, se comporta como un factor de transcripción, “es decir, una vez unido a su receptor, en algunos tejidos potencia la expresión de genes y, en otros tejidos, reduce esa expresión. Muchos de esos genes tienen que ver con la proliferación de células epiteliales, que tiene un efecto inhibitorio. También se relaciona con la diferenciación y con la apoptosis. Todos estos efectos, según el tejido del que hablemos, modulan el proceso continuo de las células por el que perdemos y generamos células nuevas.”, concreta el Dr. Jódar.
Existe cada vez más evidencia sobre la relación entre vitamina D y cáncer. En la actualidad, existen estudios ecológicos que establecen una relación entre la exposición solar y la incidencia de cáncer, por ejemplo, en los tumores de ovario5. También se han llevado a cabo estudios epidemiológicos4, que determinan una asociación entre las concentraciones circulantes de 25(OH)D y la mortalidad específica por diferentes causas en estudios de cohortes observacionales. Otros estudios de intervención, por ejemplo, han logrado reflejar cómo el aumento de los niveles de vitamina D puede reducir la incidencia de cáncer.“Aunque todavía estamos en sus inicios, existe una vía de estudio muy interesante sobre la potencial relación entre la vitamina D y la resistencia a terapias anti-tumorales1”, explica el Dr. Esteban Jódar, jefe del Departamento de Endocrinología y Nutrición Clínica en Quirónsalud Madrid.