La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (en adelante, el Fondo Mundial) han firmado hoy un Marco Estratégico de Colaboración nuevo y revisado, concebido para crear sistemas de salud más sólidos y resilientes y maximizar la colaboración y el impacto en apoyo de las respuestas nacionales, regionales y mundiales a las principales enfermedades transmisibles.
El nuevo marco quinquenal se basa en el acuerdo anterior firmado en 2018. Está en consonancia con la Estrategia del Fondo Mundial para 2023-2028 y el Programa General de Trabajo de la OMS, que sitúan a las comunidades en el centro de la respuesta de salud y también abordan la preparación ante pandemias y los retos planteados por el cambio climático. El marco se ajusta a las plataformas de colaboración más amplias para acelerar el apoyo a los países con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la salud y, en particular, con la cobertura sanitaria universal (CSU).
«A medida que los presupuestos mundiales para la salud se ven sometidos a tensiones y presiones, es imperativo que nuestras dos organizaciones sigan colaborando para apoyar a los países en la ampliación del acceso a los servicios para las tres enfermedades como parte de su camino hacia la cobertura sanitaria universal,» ha declarado el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «En vista de la ralentización de los progresos hacia el objetivo de poner fin a las epidemias de sida, tuberculosis y paludismo, que se ven agravadas por los nuevos retos sanitarios, se necesita más que nunca una colaboración más estrecha entre la OMS y el Fondo Mundial.»
Gracias a la misión y el compromiso comunes de la OMS y el Fondo Mundial de servir a los países, el nuevo Marco Estratégico de Colaboración reforzará y ampliará aún más la colaboración.
«En un periodo en el que el mundo se ve acuciado por crisis interrelacionadas y confluyentes, desde los conflictos hasta el cambio climático, la alianza entre el Fondo Mundial y la OMS es más crítica que nunca,» ha declarado Peter Sands, Director Ejecutivo del Fondo Mundial. «Las crisis sacuden los sistemas mundiales y hacen retroceder los logros, y las personas más vulnerables del mundo son las que se llevan la peor parte. Las organizaciones como las nuestras son más eficaces cuando colaboran estrechamente con los gobiernos nacionales y otros asociados de confianza para fortalecer los sistemas locales de salud impulsados por las comunidades.»
La colaboración continuada a lo largo de los últimos años ha contribuido a importantes logros a escala nacional:
- La rápida ampliación de la prestación diferenciada de servicios (PDS) con el fin de mejorar el acceso a la prevención, las pruebas de detección, la atención y el tratamiento contra la infección por el VIH en una serie de países, entre los que se incluyen 18 países que reciben en la actualidad apoyo intensificado a través de la iniciativa estratégica de colaboración en la PDS con el objetivo de incrementar las eficiencias y la costoeficacia en ese ámbito.
- La colaboración ha posibilitado la formulación de orientaciones y encuestas tempranas sobre las pruebas duales de COVID-19 y tuberculosis, lo que ha permitido aumentar el número de personas diagnosticadas de tuberculosis gracias a las innovaciones adoptadas durante la emergencia de COVID-19 y después de ella.
- Las iniciativas estratégicas sobre el paludismo permitieron acelerar los progresos hacia la eliminación de esta enfermedad. Desde 2018, ocho países han recibido la certificación de la OMS de estar libres de paludismo, y está previsto que otros cinco la reciban en 2023 y 2024.
- La alianza también sienta las bases para acelerar la aplicación de enfoques innovadores, como las nuevas directrices de la OMS sobre mosquiteros tratados con insecticida para luchar contra el paludismo y la expansión de los nuevos tratamientos más cortos contra la tuberculosis multirresistente.
- Se prestó un valioso apoyo para la elaboración de 50 planes estratégicos nacionales basados en la evidencia, presupuestados y alineados con las últimas directrices de la OMS, que sirven de base para la realización de solicitudes de financiación de alta calidad al Fondo Mundial.
- La financiación sanitaria mundial sigue siendo un ámbito importante en el que hay que seguir colaborando para ayudar a los países a desarrollar sistemas de financiación sanitaria más sólidos, sostenibles y eficientes. La labor de la OMS para hacer un seguimiento del gasto sanitario en 59 países de ingresos bajos y medianos ha servido de base para el diálogo nacional sobre políticas de salud. El trabajo conjunto para apoyar el análisis de la eficiencia interprogramática en 13 países ha reducido la fragmentación y la duplicación.
Incluso con este nivel de progreso, queda mucho trabajo por hacer en los países para acelerar el avance hacia el fin de las epidemias de sida, tuberculosis y paludismo y para construir sistemas de salud sólidos que también sean capaces de responder a la próxima emergencia.
A través de este nuevo marco, la OMS y el Fondo Mundial aprovecharán sus puntos fuertes comparativos en 35 áreas de colaboración divididas en 4 categorías:
- Políticas de salud y orientaciones normativas
- Promoción y gobernanza de la salud
- Productos e innovaciones sanitarios
- Apoyo técnico y creación de capacidad
