El cuerpo humano requiere de los alimentos para obtener energía para realizar sus funciones diarias sin inconvenientes, pero ¿qué pasa cuando este ya se encuentra lleno de nutrientes y aun así comemos de más? Esta ingesta de alimentos puede deberse a un atracón por ansiedad o por satisfacer un gusto en un momento específico. Si bien se creía que esta acción inofensiva solo podría traer malestar estomacal a corto plazo, especialistas indican que puede producir severas consecuencias para la salud si se realiza con frecuencia.
¿Qué pasa cuando comes aunque ya no tienes apetito?
Una investigación realizada por la Universidad de Illinois, Estados Unidos, y citada por el portal de cuidado de salud Semana, indica que, el hecho de comer alimentos cuando ya se está completamente lleno puede causar repercusiones en zonas específicas del organismo.
Los resultados del estudio develaron que aquellos individuos que no tenían ganas de comer presentaron niveles de glucosa más elevados que quienes se habían declarado moderadamente hambrientos. De acuerdo con David Gal, autor del análisis, la explicación científica a este hecho en que, cuando no se tiene hambre, el cuerpo no se encuentra listo para absorber nutrientes. Por el contrario, cuando se tiene apetito, el sistema digestivo está dispuesto fisiológicamente a asimilarlos.
Los niveles elevados de glucosa durante tiempos prolongados pueden generar serios problemas en el cuerpo, llegando a afectar a sus órganos más importantes, indica el portal experto en salud Kids Health. La hiperglucemia puede ocasionar problemas en los vasos sanguíneos, lo que puede desencadenar enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, así como patologías renales y problemas en la vista.
La nutricionista y entrenadora personal María Linares García coincide con los resultados del estudio y detalla las secuelas que los denominados ‘atracones’ podrían originar a nivel físico y digestivo. «Las consecuencias son una mala digestión y una mala absorción de nutrientes. A su vez, esta acción repercute a nivel arterial en la elevación del colesterol, glucosa y triglicéridos; a nivel físico, sobrepeso u obesidad, los cuales pueden afectar psicológicamente a la persona», señala.
¿Cómo manejar el comer por ansiedad?
El centro clínico SaniSalud y dietistas-nutricionistas aconsejan poner en práctica las siguientes recomendaciones para manejar la ingesta de alimentos por ansiedad y prolongar la sensación de saciedad tras las comidas.
- Hidrátate e incrementa el consumo de líquidos
- Agrega fuentes de fibra a tu dieta diaria (frutas, cereales, vegetales, legumbres, frutos secos)
- Mantén una rutina de ejercicio
- Consume fuentes de carbohidratos
- Evita el azúcar
- Fracciona las ingestas (evitar estar más de tres a cuatro horas sin ingerir alimentos)
- Duerme ocho horas diarias.
