Actualidad

Hábitos del Sueño Cambian con el Envejecimiento

La respuesta a la pregunta sobre por qué uno se despierta cada vez más temprano según envejece es que se trata de una reacción casi fisiológica. Según vamos avanzando en edad, cada vez necesitamos menos horas de sueño. Un bebé empieza durmiendo aproximadamente unas 18 horas cada día, es decir, está casi todo el día durmiendo.

 Cuando cumplimos años vamos perdiendo horas de sueño; en Educación Infantil, niñas y niños duermen unas nueve horas durante la noche, y hacen un par de siestas, una por la mañana y otra por la tarde. Esas siestas también se van perdiendo, primero la de la mañana y después la de la tarde. Y, más adelante, la necesidad de sueño de un adulto es de unas ocho horas.

Cuando nos hacemos más mayores dormimos menos horas, pero además nuestro sueño es má0s superficial. El sueño consta de varias fases: las de sueño superficial, a las que llamamos N1 y N2, son las que se producen cuando comienza el sueño; en ellas pasamos de despiertos a dormidos. Después llega el sueño profundo, N3, y este es el sueño verdaderamente reparador, en el que descansamos y nuestro cerebro se cura. A estos dos periodos de sueño superficial y profundo los llamamos no REM (Rapid Eye Movement) y esto es porque no se producen movimientos rápidos de los ojos. Luego está la fase REM, en la que soñamos.

Al ir cumpliendo años, dormimos más tiempo en un sueño superficial y menos con sueño profundo y nos despertamos más. Y aunque al final en el día dormimos el mismo número de horas, tenemos menos horas de sueño nocturno. Las personas de edad avanzada hacen más siestas durante el día, pueden cabecear un poco durante la mañana y hacer una siesta por la tarde. Si sumamos todo ese tiempo al de la noche, llegamos a esas ocho o nueve horas. Y además, muchas personas mayores se acuestan más temprano. Todo ello sumado, hace que se despierten antes y tengan la sensación de que se despiertan demasiado pronto.

Otro factor importante es que, según vamos cumpliendo años, reducimos unestras actividades diarias, lo que hace que nuestra necesidad de descanso nocturno se reduzca. Todo esto, claro, si estamos hablando de la reacción fisiológica normal en una persona añosa que no tiene ninguna patología. Pero es que además, según cumplimos años, aumentan las patologías relacionadas con el sueño. Las dos más frecuentes son el insomnio y la apnea obstructiva del sueño.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

🔥 ¡Lo más leído!

To Top